
Iba para goleada, pero al final fue sólo un empate 3-3 con gusto a poco, pese a que la visita bien podría haber triunfado.
- Buena recuperación de balón, marcando en todos los sectores del campo.
- Las contrataciones han rendido lo que se esperaba de ellos y, a la fecha, son un aporte.
- Ubicación correcta de los jugadores en sus puestos habituales, dejando de lado los inventos de última hora, tan común en los técnicos.
- Vocación ofensiva, desde el inicio, los deseos de jugar de igual a igual, con un rival en teoría superior.
- La propuesta diferente de Mario Vener, tan diferente a los clásicos vendedores de pomadas.
- El retorno al diseño original de la camiseta antofagastina albiceleste.
El cuadro local se plantó bien en el campo, durante los primeros 45 minutos; marcando en todas los sectores, con recuperación rápida del balón, que hizo recordar los tiempos de "Pomada" Percic, claro que ahora habia una intención ofensiva y con claras oportunidades de gol, en un partido que iba para goleada, pero la impericia dentro del área, dijo otra cosa.
Sin embargo, a partir de aquellos goles frustrados, vino el drama para Antofagasta.
Un jugador con la experiencia de Cristian Rojas, no puede caer en la ingenuidad de cometer una infracción y cederle el balón al adversario, cuando todo el equipo estaba arriba, sorprendiendo mal ubicada a la defensa y a Ortega, mirando el balón como se iba al fondo.
Después la jugada repetida un millón de veces, por la visita, "abrir" el balón, por la derecha, donde había un callejón más grande que la pista atlética, un centro y las dudas de Ortega y compañía.
barato
Después del empate, el cuadro local sintió el golpe y bajó los brazos, entregado a su suerte, añorando a SanDonoso, u otro que sacara a relucir sus años de circo y con gritos y fútbol, levantara a este equipo que perdió la brújula, como por arte de magia.
Se veía venir el gol de la victoria penquista y con tremenda suerte y "por las cosas del fútbol", esa muletilla que usan los que no saben, vino el gol del CDA, a través de un joyita del jugador Pino, ante la incredulidad y algarabía de la afición albiceleste.
a los cuatro vientos
Ese gol, que llegó a los 28 minutos, no aquietó los ánimos, sino que sirvió para que volviera a repetirse mil veces más, la jugada ya comentada, ante la impasibilidad de Mario Vener, que a esas alturas era todo confusión y, a la vez, desilusión.
El empate, se veía venir y llegó como consecuencia lógica porque la defensa hacía agua por todos lados.
Los últimos minutos, los que sabemos de esto, sólo deseábamos que terminara pronto el pleito, porque "Conce" estaba más cerca de llevarse el triunfo, porque los errores defensivos siguieron hasta el último segundo.
Y cómo no iban a continuar, si Mario Vener, no hizo nada por enmendar rumbos en la defensa, donde los amarillos instalaron un parque de diversiones, después de la salida de Pedrozo.
cuatro
A diferencia de aquellos tontitos que señalan que en el fútbol dos más dos, no son cuatro (una frase por supuesto copiada), les voy a contar que enel fútbol a menudo suceden situaciones impredecibles y resultados inesperados; pero siempre todo vuelve a la cordura y se impone la lógica.
Con esto quiero decir, que ante un plantel mezquino en figuras, con jugadores y técnicos incipientes y falta de experiencia, no basta con imponer fuerza, garra o velocidad, porque los partidos se ganan jugando al buen fútbol,
Por eso no basta con un empate de visita, ni un excelente primer tiempo de local, para proyectarse a futuro y pensar en un año tranquilo y como lo he repetido hasta la saciedad el CDA partió en desventaje por tener el peor "promedio" y, además, descienden cuatro equipos, lo cual es un mal indicio para las aspiraciones de continuar en primera.
Fuente. La Estrella del Norte.